Es viernes 17 de
Octubre del 2015 por la madrugada y suena una vieja grabación de amor a las
4:22, 4:23 rompo en llanto enmudecido. Nadie debe oírme.
Vuelvo a ese 31 de Octubre del 2014. Recuerdo
estar recostado, casi dormitando, cuando de repente entra un mensaje en mi teléfono
celular, era una grabación de mi amor, como iba yo a imaginar oír algo tan
dulce; era la canción “Thousand Years de Christina Perri” con su voz de fondo
casi inaudible, era un murmullo que sonaba atrás de la canción, pero si cerraba
los ojos podía distinguir algunas palabras, me decía que las palabras no eran
suficientes para describir este amor, y que esta canción había estado rondando
por su cabeza hace un tiempo, que me la quería cantar. Lo que sigue diciendo en
la grabación ya no logro distinguir, pero continua con un murmullo que sigue la
letra de la canción y hace que la melodía suene mágica para mi, antes de que
termine la canción dice algo mas, que otra vez no logro distinguir, la música
esta muy fuerte, estoy seguro que me desharía el corazón de amor. Hace muchos
meses no oigo su voz, y hace muchos mas no oigo que me diga algo dulce, he
escuchado por ahí que esta muy feliz con alguien mas, me alegro por eso,
siempre su felicidad será mi felicidad. Al encontrar esta grabación es inevitable
llorar, he estado averiguando como resaltar su voz que se encuentra en el
fondo, quiero atesorar el sonido de su voz, quiero atesorar por siempre esas
palabras, quiero escuchar su voz cada día antes de dormir, aun cuando encuentre
alguien mas para compartir mi vida, por que la perdida de un primer amor, un
amor tan real, nunca se olvida y los sentimientos siempre van a brillar, aun
mas allá de los años, aun mas allá de la vida, mi amor es eterno.
