Que difícil volver a escribir en una computadora, realmente
cada vez que escribo en una computadora es para publicarlo en este pequeño
espacio que pocos conocen su autor y nadie lee; cuando escribo por aquí tengo
la mínima esperanza que un día me recuerdes y lo decidas visitar. Escribir aquí
es la misma sensación de tirar una carta dentro de una botella en el mar, en definitiva,
pocas probabilidades de a quien yo quiera llegar la lea, es por eso que a continuación
voy a hacer una mínima introducción de este amor que yo viví, para que se
entienda un poco mi motivo de publicar esto hoy (5/04/2016).
El día Domingo 20 de julio de 2014, por la tarde en un bar, cruce
una mirada fugaz pero punzante, como un flechazo de cupido, con la persona que
llego a ser el amor de mi vida y cambió mi mundo rotundamente. Si eres el tipo
de persona que no cree en esas cosas, déjame decirte que yo tampoco lo creía hasta
que me sucedió. Si te preguntas que hice yo después de esa mirada, lamento decepcionarte
pero no me acerque para nada, después de sentir un flechazo así solo quise
esconder mi cabeza debajo de la mesa, porque yo estaba sentado con mi pareja en
ese momento… así que así como llego, se fue; tengo que confesar que mi cerebro
se apagó por un instante y tuve que irme al baño para reponerme y no quedar en ridículo
frente a mi pareja, me mire al espejo y me obligue a dejar de pensar y continúe.
Once días después había terminado mi relación actual en ese momento y se había marchado
a Canadá; Agosto 1 de 2014 gracias al invento de las redes sociales pude
contactarme por primera vez con quien destrozo mi corazón de amor con una
mirada. Las cosas marcharon de maravilla y un mes después nos dimos el primer
beso, no se imaginan cuanto lo espere, fue la primera vez que yo me lanzaba a
los labios de alguien; por un instante el mundo había parado, hasta que respondió
ese beso con un beso más apasionado. Puedo volver mil beses a ese beso. Nunca voy
a olvidarlo… el destino, la magia, el amor predestinado, todo eso se podía creer
realidad.
Fue poco el tiempo que duro la fantasía y nos volcamos al
drama, me dijo por teléfono
que estaba en pareja, que iba a dejar todo por mí; y como la credulidad es
un defecto que viene con el amor, le creí. Y así lo hizo, misteriosamente su
pareja entendió por completo y me dejo
el pase libre, pero los cuentos de hadas no existen, sus dudas, mis inseguridades,
sus “dame un tiempo”, mi orgullo, mis
miedos, mi amor, todo concluyo en mil idas y vueltas que nos desmoronaban cada día
más… pero el amor seguía intacto. Recuerdo sus besos, era como todo lo que está
bien en el mundo, me hacía sentir en mi hogar cada vez que los tocaba, ni
hablar de sus abrazos.
Cada uno de nosotros teníamos un blog donde nos dedicábamos cartas,
pensamientos y poemas de amor para contarle al otro como nos sentíamos,
normalmente lo usábamos más cuando nos peleábamos y no teníamos contacto uno
con el otro, así fue que hoy yo hasta el día de hoy sigo escribiendo; si te
preguntas si seguimos juntos, lamento decirlo, pero no. Hubo un tiempo que vi
en sus ojos que me había elegido y decidió hablar con toda su familia, por
problemas que no viene al caso contar, su familia no le gusto para nada la relación,
su madre le dijo que me pidiera un tiempo para pensar, mientras que yo lo único
que sentía es que su madre le lavaba más y más el cerebro para que se aleje de mí,
mejor aún le regaló un viaje a Europa por un mes, que me dolió en el alma cuando
supe que era para que me olvide, y así lo hizo, o no del todo, porque cuando volvió
a argentina pidió verme, pero estaba tan ahogado y endurecido por el dolor que
solo me aleje… fue una mala jugada, ya que mi duro caparazón se quebró por el
amor que sentía y metafóricamente llore a sus pies rogando volver. Sin yo
saberlo, y cegado por la esperanza, deje que cometiera el acto más aberrante
que pude presenciar en mi vida… tomo mi cuerpo por última vez “de despedida” yo
creí que nos estábamos arreglando, pero no, se fue dándome una despedida; fui
tratado como algo descartable, yo me despedí diciéndole “ aquí voy a estar, esperándote”
me sentí tan mal, dormí llorando esa noche, y la siguiente y la siguiente, y así
por seis meses, y un par de meses después escuche lo que tarde o temprano iba a
escuchar, solo que más inesperado aun, había vuelto con su ex, mis esperanzas habían
muerto. Mis amigos, familiares y conocidos, vieron convertirme de un chico que sonreía
a toda hora a un chico que la sonrisa le pesaba y que de vez en cuando aparecía
quebrantado por el dolor, se inundaba mi interior tanto que todo tenía que
salir para afuera en los momentos y lugares menos indicados. El tiempo y Dios
me ayudaron a llegar al día de hoy con esperanzas de una nueva vida, olvidarme
que el anterior yo existió, reinventarme y olvidar todo el dolor. Pero cada pasando
un tiempo veo ese rostro conocido, ese rostro que rompió mi corazón, y dentro mío
el corazón me dice que no ha olvidado, que quiere hacer las paces y comenzar de
cero, recomenzar una amistad donde el amor nunca se ha ido, una amistad sincera
para poder ser libres de verdad, al menos yo, que desde esa última despedida mi
corazón ha sido enterrado en la oscuridad del dolor y hoy en día temo dejarlo
salir.
Así termina el
resumen de mi historia; aun creo que el amor volverá a tocar mi puerta, esta
vez de una forma distinta, esta vez sabiendo que la otra persona será mi compañía
y deberé olvidar el orgullo y los miedos, ya que hasta el día de hoy pienso que
si hubiese tenido más dominio de mí mismo, hubiese podido ser yo quien baje las
guardias y abrir mi corazón para que demuestre que el amor que siento no lo
apagara ninguna adversidad.
P/d: un tiempo atrás creí que había
borrado su blog, ya no escribía, había entrado y me di que su blog no existía;
hoy intente entrar y aún estaba ahí. Con dos publicaciones viejas que yo nunca había
leído, ninguna decía que era para mí, ni que me ama, más bien solo entiendo que
ya me ha olvidado y ni si quiera tiene intenciones de hablarme, pero no
se necesita amor de ambas partes para sentir, cada uno lo vive a su manera, lo
evita a su manera; yo aun no borre sus fotos y tengo miedo a abrirlas,
ya que no quiero quedar perdido en el pasado, mirando sus ojos; tarde o temprano
tengo que tomar coraje y hacerlo, como seguramente a mí ya me borro… solo que a
mí, aun me duele borrar lo único que me hace recordar que lo nuestro fue
realidad.