Me acosté a dormir sabiendo que te había deseado un Feliz cumpleaños, a pesar de que no lo escucháras de mi boca, ahí están, mis deseos gigantes de verte brillar nuevamente, dejándote mensajes que tal vez nunca abriras, canciones que le cuesta a mi guitarra aguantar por la inspiración que me dejaste, oraciones que de rodillas en mi cama te mando mil y un abrazos, y tantas cosas más que no vienen al caso. En fin, a mi manera te acompaño en cada meta, cada tropiezo y cada triunfo, leyéndote de vez en cuando, para ponerle ideas a tu voz y corazón a tus manos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario