Estoy bien, muy bien, al verte solo siento el flechazo de lo
que casi fue, por que casi lo tiramos todo por tenerlo todo, esa aventura de expresar
ser quienes somos en pleno siglo 21, suena loco, pero suele ser más fácil perdernos
en los pueblos chicos que en ciudades grandes, y hablo de perder la esencia, en
esta, según yo, mal llamada ciudad somos todos el familiar o amigo de alguien, y tu vida
es de debate público, siento que vivimos en la novela de Jane Austen “orgullo y
prejuicio” a principio del siglo 19, donde importa más las apariencias y posición
que la felicidad integral, estamos todos buscando ser felices, más por
casualidad que por causalidad, y nos perdemos mucho, nos perdimos, te perdí; a pesar del intenso dolor, valió la pena hasta el ultimo segundo, las heridas me
hicieron sabio, y las cicatrices dejan por escrito lo aprendido, para no
repetir errores, para nunca olvidarte, por que nunca lo hice, quedaste “stuck
in my head” día tras día el recuerdo de una lección que aprendí y de la cual
sigo aprendiendo, tal vez podíamos haber sido uno, pero ahora nunca podre ser
menos de dos, toda la vida una parte mía se ira contigo y por siempre tu recuerdo
vendrá conmigo, aunque cambiemos tanto que al cruzarnos seamos como extraños, aunque corramos la mirada y no reconozcamos ni el sonido de nuestra voz,
siempre te llevare conmigo y lanzare al cielo mis deseos de que encuentres
aquello que andabas buscando, y seas inmensamente feliz con ello, tanto que
olvides un día haber sufrido.

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